¡Qué ganas de empezar de nuevo mis rutinas!


Amamos las vacaciones pero,cuando se prolongan, agotan tanto o más que la rutina: el cuerpo no soporta más excesos y la mente necesita una dosis de paz después de tantas reuniones familiares. Retomar los horarios es inevitable y cada vez más apetecido porque tiene sus ventajas.
El primer paso para recibir la normalidad sin dramas es la planificación. Si tuvimos uinas vacaciones agitadas en las que no descansamos, es fundamental que regresemos con antelación para que el cuerpo y la mente se sincronicen.
Con hábitos saludables nos vamos a sentir mejor y esto ayudará a que esa vuelta a la normalidad sea más llevadera.
- Hacer ejercicio: treinta minutos diarios, tres o cuatro veces a la semana.
- Utilizar técnicas culinarias saludables como la plancha, el vapor  o el horno.
- Planear una dieta equilibrada. baja en grasas y azúcares y rica en verduras, frutas, pescado o legumbres.
- Comer cuatro o cinco veces poca cantidad.
Además, cuando las vacaciones son prolongadas se da otra rutina: el exceso de tiempo libre. Adultos y niños pueden aburrirse, especialmente cuando no hicieron planes para el ocio. A veces estar junto con los hijos y demás familiares puede provocar irritabilidad en los padres y producir roces.
Por eso la vuelta al lugar de residencia no tiene necesariamente porqué significar el fin de las vacaciones.
Si tienes la tarde libre o aunque solo sean los fines de semana puedes dedicarlasa hacer cosas estimulantes, de este modo te resultará más llevadero el cambio.
Ocúpate de  disfrutar a lo largo de todo el  año de los  pequeños momentos, esa es la clave.
Hay tiempo para todo. Trabaja o estudia: cumple tus obligaciones primero y después disfruta de tu tiempo libre haciéndo cosas que te gusten

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