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Mostrando entradas de junio, 2020

Es necesario decir palabrotas?

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Yo, personalmente digo muy poquitas. Me educaron para no decirlas. Pero hay que reconocer que a veces una se desahoga. El uso de tacos, además de reducir el estrés, se asocia a mayor honestidad, más éxito laboral... Decir palabrotas es sano para nuestra salud mental . Tiene muchos beneficios a nivel psicológico que van desde la mitigación del dolor tras un golpe hasta el hecho de parecer más honesto ante otras personas . Desde pequeños nos enseñan que decir palabrotas está mal. Si eres de los que, a pesar de los años y las amenazas de tus mayores de lavarte la lengua con jabón, sigues manteniendo la costumbre de soltar algún taco de vez en cuando, estás de enhorabuena. Las palabrotas, según diversos estudios, podrían aportar beneficios sorprendentes, entre ellos hacernos parecer más honestos cuando hablamos, o incluso ayudarnos a aliviar el dolor. Al parecer, las personas que juran y blasfeman aparentan mentir menos que aquellas que no lo hacen, puesto que tendemos a creer que

Mentiras Piadosas

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Todos hermos dicho mentiras alguna vez. Y sobre todo mentiras piadosas más a menudo. A mí, personalmente, no me gustan. A veces nos toman por tontas. Pero es verdad que otras veces son completamente necesarias para no meter la pata .Hay ciertas mentiras que decimos para protegernos de algo o de alguien, para agradar al otro, para ascender en el trabajo, o para ganarnos la admiración que anhelamos. Y aunque creas que una pequeña mentira es piadosa y no hiere a nadie, lo cierto es que mentir, aunque sea mínimamente, puede traer dolor y diversas consecuencias a tu vida y tu entorno. Decir que nos ha encantado la comida que nos han preparado con esmero, cuando en verdad no la podíamos ni tragar y aunque creas que decir esa pequeña mentira no daña a nadie, no es recomendable. Nuestro cerebro se acostumbra a mentir. Aunque el objetivo de una persona mentirosa no sea dañar a nadie, lo cierto es que su cerebro se ha amoldado tan fácilmente a la mentira, que ya no se activan los

Aprender a racionalizar las emociones.

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Moverse entre lo que te dicta tu corazón y lo que te repite tu cerebro forma parte de la vida. Tomar decisiones conlleva un riesgo y, como todo ser humano, tienes  que asumir que muchas veces te vas a equivocar. Una buena manera es aprender a racionalizar las emociones . Es decir, siempre es recomendable escuchar a tu corazón. Pero no puede ser lo único, menos aún si estás ante dilemas que van a marcar el rumbo de tu existencia. "Las mejores decisiones son aquellas en las que la razón acompaña al corazón. El corazón orienta y la cabeza decide. Las situaciones en vida dónde tienes que tener la razón despierta son: -En tu elección de carrera o trabajo. -En elección de pareja. -Elección de un piso o una casa. -Maternidad. No confundas el racionalizar las emociones en las decisiones importantes con volverse fría o calculadora. Es necesario sacar a relucir los sentimientos en pequeñas decisiones cotidianas. No olvides que ,cuando se toma una mala elección habiendo r