Aprender a racionalizar las emociones.
Moverse entre lo que te dicta tu corazón y lo que te repite tu cerebro forma parte de la vida. Tomar decisiones conlleva un riesgo y, como todo ser humano, tienes que asumir que muchas veces te vas a equivocar.
Una buena manera es aprender a racionalizar las emociones. Es decir, siempre es recomendable escuchar a tu corazón. Pero no puede ser lo único, menos aún si estás ante dilemas que van a marcar el rumbo de tu existencia. "Las mejores decisiones son aquellas en las que la razón acompaña al corazón.
El corazón orienta y la cabeza decide.
Las situaciones en vida dónde tienes que tener la razón despierta son:
-En tu elección de carrera o trabajo.
-En elección de pareja.
-Elección de un piso o una casa.
-Maternidad.
No confundas el racionalizar las emociones en las decisiones importantes con volverse fría o calculadora.
Es necesario sacar a relucir los sentimientos en pequeñas decisiones cotidianas.
No olvides que ,cuando se toma una mala elección habiendo realizado toda una toma de decisiones racional nos lo perdonamos menos porque afecta a nuestra propia racionalidad e inteligencia. Fallar tras haber seguido al corazón siempre es más justificable porque sabemos que se rige por intuiciones, deseos, ilusiones y sueños.
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