"Ayuda a tu hijo ante el divorcio.Nunca lo utilices".

De la actitud que asuman los padres separados depende la psiquis de los hijos.
Los padres que se divorcian, nunca deben de utilizar a los hijos para hacer daño a la pareja y por supuesto, evitar la manipulación al padre (o madre), sabiendo que sus hijos son su debilidad.
Ante todo comprensión y sensibilidad.
Cuando los niños pregunten:¿porqué papá se va de casa?, contestar de la forma más objetiva posible. Los reproches y las acusaciones al otro progenitor afectan a los niños porque suponen un conflicto de lealtad.
Cuando el padre o madre inician una nueva relación, la sinceridad es crucial.
Para fomentar la confianza de los hijos, los pequeños gestos cotidianos son importantes, por ejemplo cumplir las promesas que se les hagan a los hijos.
Nunca decirle al niño que "papá volverá a casa", ya que se fomentará un caos interior en él creándole falsas expectativas.
La madre debe decirle al niño/a que papá lo quiere mucho.
Ser honestos con los hijos es crucial.
Y si hay que cambiarse de casa por motivos económicos; de la actitud de los padres dependerá la actitud del hijo. Vivirlo como una novedad atractiva y algo apetecible; no hacerlo una tragedia. Decirles por ejemplo:"en la habitación de la nueva casa vamos a pintar un barco en la pared".
Es importante que la persona que no quiere divorciarse, deje a un lado los sentimientos de enfado, culpa o remordimiento.
Es importante que el hijo sepa y comprenda que él no tiene la culpa de nada, que lo que ha ocurrido es un asunto entre su padre y su madre.
Explicar a su hijo que a veces la forma de quererse de los adultos experimenta cambios y que cuando los padres no están de acuerdo en cosas tienen que vivir separados.
Los divorcios a veces convierten a los hijos en personas más flexibles y tolerantes.