La lengua es el arma más peligrosa que tenemos.

Las palabras duelen más que los golpes, más aún si vienen de una persona que quieres. La lengua es el arma más peligrosa que tenemos, recuerda. Las que lanzan algunas personas con el único fin de hacer daño no son, desde luego, plato de buen gusto. Pensando en esto, en evitar la indigestión o la herida en el corazón que dejen esas palabras, comparto contigo las 4 estrategias que practico en esos momentos en los que uno se convierte en blanco del mal humor de otro. 1-No analices el mensaje: Si te quedas pensando en lo que ha dicho, dándole vueltas, permites que cale en ti, 2-Contesta:Otra manera de no guardarse dentro la molestia y rumiarla indefinidamente consiste en decirle a esa persona, a las claras, que no te ha gustado su comentario. Es mejor esa opción que la de quedarte con el malestar porque no te guste causar tensiones. 3-No lo tomes de manera personal: hay personas que tienen alguna salida de tono con nosotros por algún problema que estén viviendo o porque estén acostumbrados a hablarle así a los demás. En cualquier caso, no tiene nada que ver ni contigo ni conmigo. Es cosa suya. 4-Aléjate:Si hay una persona que acostumbra a dedicarte palabras hirientes y no tienes porqué coincidir en el mismo sitio con ella, aléjate. Tú no mereces que te traten con la punta del pie. Es más difícil si esa persona pertenece a la familia o al círculo de trabajo o estudios. Pero algo de distancia, si acaso emocional, sí puedes poner por medio. En definitiva: Relaciónate más con personas positivas. Rodéate de buenas vibraciones y de gente constructiva. Así llegará el día en el que no te hiera con sus palabras alguien que quiera hacerte daño.