Defectos y virtudes en la convivencia.
" Puesto que yo soy imperfecto y necesito de la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio". ( Mahatma Gandhi)
Llevar un matrimonio es mucho más difícil que contraerlo.
Las parejas no son perfectas, las relaciones tanto de pareja como familiares no son perfectas. Todos tenemos defectos y virtudes.
Tanto en las parejas, matrimonios o personas que convivan juntas, se deben de tener metas para así poder eliminar ciertos defectos y poder convertirnos en mejores personas.
Desde pequeños nos inculcan que el matrimonio es o puede ser como un cuento de hadas, con príncipes y princesas. Y es bueno aterrizar para ser realistas y así poder mejorar el día a día sin tragedias.
La convivencia tiene que ser feliz para ambos o para todos.
Es peligroso aferrarnos a la idea de que al casarnos seremos felices para siempre, ya que esta idea nos hace pensar que en el matrimonio nunca habrá discursiones, tristezas ni desilusiones y llegará el momento en que algún día nos levantemos y estemos resentidos con la vida por ser injusta y habernos engañado de esa manera.
Yo creo que se podría trabajar el ser feliz, trabajando pequeños detalles, que son los que importan.
No hay que tirar la toalla a la primera de cambio, en cuanto haya un disgustillo, no, debemos de llevar cuidado.
El orgullo, sobre todo en los hombres, hace que sea más fuerte el orgullo que el cariño o el amor que sentimos por nuestra pareja.
Tenemos que aprender a amar a nuestra pareja, que será imperfecta como somos todos y todas.
Esto no quiere decir que por sentirnos amados, podamos actuar de forma egocéntrica y no mimar a nuestra pareja y estar pendiente de nuestra relación.
La magia del amor es saber amar cuando son momentos difíciles también, en los momentos alegres es todo más fácil.
Llevar un matrimonio es mucho más difícil que contraerlo.
Las parejas no son perfectas, las relaciones tanto de pareja como familiares no son perfectas. Todos tenemos defectos y virtudes.
Tanto en las parejas, matrimonios o personas que convivan juntas, se deben de tener metas para así poder eliminar ciertos defectos y poder convertirnos en mejores personas.
Desde pequeños nos inculcan que el matrimonio es o puede ser como un cuento de hadas, con príncipes y princesas. Y es bueno aterrizar para ser realistas y así poder mejorar el día a día sin tragedias.
La convivencia tiene que ser feliz para ambos o para todos.
Es peligroso aferrarnos a la idea de que al casarnos seremos felices para siempre, ya que esta idea nos hace pensar que en el matrimonio nunca habrá discursiones, tristezas ni desilusiones y llegará el momento en que algún día nos levantemos y estemos resentidos con la vida por ser injusta y habernos engañado de esa manera.
Yo creo que se podría trabajar el ser feliz, trabajando pequeños detalles, que son los que importan.
No hay que tirar la toalla a la primera de cambio, en cuanto haya un disgustillo, no, debemos de llevar cuidado.
El orgullo, sobre todo en los hombres, hace que sea más fuerte el orgullo que el cariño o el amor que sentimos por nuestra pareja.
Tenemos que aprender a amar a nuestra pareja, que será imperfecta como somos todos y todas.
Esto no quiere decir que por sentirnos amados, podamos actuar de forma egocéntrica y no mimar a nuestra pareja y estar pendiente de nuestra relación.
La magia del amor es saber amar cuando son momentos difíciles también, en los momentos alegres es todo más fácil.
- ..
Comentarios
Publicar un comentario