Lo del título es un poco una forma de endulzar la situación que nos encontramos. Ante el encierro que nos ha tocado vivir, podemos tener una actitud dulce o una actitud agria. Con la actitud dulce, lograremos que nuestro encierro sea agradable, provechoso y llevadero para uno mismo y para los demás. Con una actitud agria, nos desesperamos y por lo tanto perdemos salud y no llegamos a ningún sitio deseable. Con la actitud dulce, podemos tener mucha paz y amor. Podemos ser muy creativos y cercanos. Si estamos acompañados, tenemos que ser cariñosos con la persona que tenemos cerca, porque en estos tiempos con tantas ganas de nuestros seres queridos, tenemos que mimar especialmente a los que conviven. Y pensar que es una suerte, el no estar solos. Bailemos, cocinemos, nos podemos disfrazar, leer, ver series en familia, o una buena película....Hablemos con nuestras amigas y amigos , que nunca tenemos tiempo y queremos en la distancia. Riamos. Y por supuesto estar pendientes de los que...